"Era un tonteo, pero yo... o peor es que fue una de mis mejores amigas, una griffindor que.. Oh, dios."Ahí fue cuando me di cuenta, he vuelto a vivir lo mismo que antes. Exactamente. La cagué tanto, y me dio tanta rabia y pena, que no dudé un segundo en irme con Annie a Italia. Miento. Al principio dudé, pero no tardé en darme cuanta que eso era lo mejor. ¿Y por qué se fue Annie a Italia? Alucinad. Se avecinan un par de gemelos. ¡Y voy a ser madrina!
Otra buena noticia es que... Mi pequeña pelirroja Jefferson se casa. Con Eric, otro amigo. Ya hay fecha para la boda, es dentro de nada. Es más... Annie conoce a la diseñador de mi marca favorita de ropa, que nos proporcionará los vestidos que llevaremos a la boda *^*
Nos quedará genial, ahora estamos un poco estropeadas la dos, pero solo hace falta un poco de sol Italiano para rejuvenecer de nuevo.
Ya sabéis, es estés de las clases y el conjunto de malas noticias han afectado también a mi cuerpo. La piel grisácea, mirada vacía, pelo sin vida, ojeras, bolsas, voz cansada, tono monótono... En resumen, doy pena. Pero eso se va a acabar. Imaginadme, con la piel morena y nutrida, una voz alegre y cantarina, una mirada viva y divertida, pelo sedoso, con volumen... Como antes, vamos.
Que no es por ponerme en un pedestal, pero vamos, así era yo.
Y nada, aquí me encuentro, tumbada en la cama de la preciosa habitación que me ha preparado la hermana de Annie para mi estancia aquí, escribiendo esto, recobrando fuerzas y más feliz que una perdiz, más o menos.
Aún tengo que superar alguna que otra cosa.
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