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miércoles, 1 de agosto de 2012

Me presento ~




Hola, empiezo a escribir esto por que acabo de tener una hermana,
llamada... Ah, espera, ¿que no sabéis quién soy? Pues nada, mi
nombre es Alexia Lauper, tengo 17 años y voy al séptimo curso del
colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Pero mi historia no empieza
ahí, mi historia empieza un 15 de mayo, el día, en que yo nací.
Bueno, empecemos en el lugar en el que nací, que es Nueva York, mis
padres, (bastante adinerados) pasaban mucho tiempo conmigo, y yo me lo
pasaba de maravilla con ellos. Ellos me querían, y yo a ellos, pero
desde pequeña, se notaba que mis gustos no son como los suyos. Por
ejemplo:
Cuando cumplí seis años, mis padres empezaron a notar que me aburría
todo el día sola en el catillo, así que me compraron un caniche enano.
Cuando me lo dieron, se me escapó una sonrisa maliciosa, y es que yo
nunca fuí la chica que hacía pasteles glaseados, llebava vestidos
largos de flores, y dos trenzas, todo lo contrario: Siempre llevaba
bermudas, camiseta ancha, y pelo suelto y alborotado. Y eso a mi madre
la ponía de los nervios. Bueno, que me compraron un caniche, y cuando
mi madre se fué, le teñí el pelo de azul al perro. Mi madre se enfadó
tanto que regaló el perro al ama de llaves, y a mi me castigó una
semana. Bueno, cuando cumplí 6 años y medio me regalaron una gato
negro, no se por qué, ese gato irradiaba una aura como de... Respeto.
Y eso hize, le respeté. Quizás también era por que me encantaban los
gatos, o por que me sentía muy identificada con ellos, bueno, le llamé
Blacky. El caso es que cuando cumplí 7 años, me dieron el mejor
regalo, una hermanita a la que llamamos Jannett. Los años pasaban, y
con Blacky y Jannett ya no me aburría. Cumplí once años, y la carta de
Hogwarts me llegó, mas feliz que nunca, aunque bastante triste
también Si, triste, por que dejaba a Jane, aunque podía llevarme a Blacky,
pero no era lo mismo. Mi casa, Slytherin. No me sorprendió, pero me
sentí muy orgullosa de mi casa. Pasaban los años, estaba muy feliz, me
preocupaba por mis estudios, pero sin olvidarme de mi vida social.
Todo iba normnal, hasta que cumplí catorce años, ya era verano, así
que tocaba ir a casa. Ese año, mi madre estaba algo mas «pija» de lo
normal, vamos, que se me hizo el verano imposible, que si no mi
postura no era correcta, que si no estaba bien peinada, que si mi ropa
era antiestética.. Vamos, que hubo una gran riña, gritamos mucho, y me
fuí. Me teñí el pelo, me puse piercings y tatuajes, y seguí mi camino.
El verano se acabó, volví a Hogwarts. Al año siguiente, el verano
volví a irme de Hogwarts, y en la estación, allí estaban, la pequeña
Jane, que ya tenía ocho años, y mi madre. Miré ambas caras cuando me
vieron, la expresión fue opuesta, a Jane la brillaron los ojos, a mi
madre se le pusieron los ojos como platos, después se puso roja de
ira, después se calmó.
Me abrazaron y las abracé, le prometí a mi madre que mejoraría en su
presencia, pero que seguiría siendo libre como hasta ahora. A partir
de ahí, el amor fue mutuo, ella me respetó, y yo la respeté a ella.
Nada cambió. Me seguí tiñendo el pelo, pero en verano intentaba
teñirmelo de rubio, que era el que a mamá mas le gustaba. A Jane, en
cambio, le gustaban todos, le gustaba todo lo que yo hacía. En
respumen, la convivencia a partir de ese año fue perfecta, y nada
cambió, hasta que el año que nació Clove, es decir, este año.



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